Hoy le dedicaremos el blog a uno de los avances que trajo la Revolución industrial, el cinematógrafo o proyector de cine.
Este aparato fue creado por los hermanos Lumiere en 1895 y permitía mostrar imágenes en movimiento. La primera exhibición se realizó en febrero de 1895, en París. Contó con 10 películas que al proyectarse una detrás de la otra tenían una duración total de 20 minutos.
Cuentan los historiadores que al proyectarse la imagen de un tren llegando a la estación los asistentes entraron en pánico y algunos hasta se desmayaron. Las primeras proyecciones no fueron exitosas pero con el tiempo se convirtió en éxito total, teniendo una gran aceptación en el resto de Europa.
Una ironía que vale la pena mencionar es que en los Estados Unidos, a quien hoy podemos considerar el país con mayor producción cinematográfica y el que lo industrializó, costó que el cinematógrafo se impusiera.
Esta situación se debió a la oposición que puso Edison porque hacía poco tiempo él había inventado un aparato de similar funcionamiento denominado vitascopio.
Hoy nadie puede negar que el cine forma parte de nuestras vidas y que son pocos los que los días jueves no miran en las carteleras los estrenos de la semana ya sea para organizar una salida el fin de semana o buscar si la encontramos en los sitios de internet de cine.
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